El Dr. Prowe, un corazón libre en Centroamérica

Avatar Redaccion | April 30, 2016 250 Views 0 Likes 0 Ratings

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El Dr. Prowe, un corazón libre en Centroamérica

Por Ilan Flores, abogado por la Universidad de San Pedro Sula,amante de la libertad y los mercados, aficionado de la fotografía.

En mi reciente visita a la Isla del Tigre en Honduras, conocí el cementerio Amapalino, tratando así, quizás, descifrar el glorioso pasado de la isla que en su momento fuera sede la Embajada Americana y un puerto de considerable envergadura. Desde Sir Francis Drake hasta Albert Einstein conocieron este lugar. Ahí encontré al Doctor Herman Prowe, estaba ahí en su memorial eterno. Me habían advertido que el cementerio se encontraba vacío, pues en él no había nadie; una aseveración precipitada en mi parecer, en vista que considero que los cementerios están llenos de personas, llenos del pasado que nos rodea y nos condena a repetirlo si no guardamos la reverencia debida.

2016-04-29 (10)El amigo Prowe, cuya memoria guarda un sin igual memorial llamó mi atención inmediatamente entre otras en el camposanto, en su monumento hay una inscripción profunda “Al distinguido y querido difunto dedican este recuerdo amigos agradecidos de Guatemala, El Salvador, Honduras y Alemania a quienes su memoria será imperecedera,” naturalmente surge la pregunta ¿Quién pudo haber sido este hombre tan notable, para ser merecedor de tal honor de sus similares? debía investigarlo.

Una rápida búsqueda en mi hogar, coincidió con una gran cantidad de artículos y relatos acerca del Doctor Prowe. Para mi ensueño, el Dr. Prowe ocurrió ser un férreo opositor de sus tiempos a los tiranos y sus dictaduras, dirigiendo campañas de prensa en Estados Unidos, México y Alemania. Tanto en Guatemala como en El Salvador, fue un personaje científica y culturalmente relevante de la época, al coincidir con Rubén Darío en los cuadros más dramáticos de la historia de estos dos países a finales del siglo XVIII. A pesar de ser extranjero, se interesaba por la etnia quiché creadora del Popol Vuh y cuyo trabajo médico dedicó en la lucha contra el tifus exantemático. Era recordado por Carl Ludwig Schleich – inventor de la anestesia local – en sus memorias como “sin duda el más importante de todos nosotros“. Herman Prowe

El historiador Peruano Marco Cueto, se refirió a él como la “Excelencia científica de la periferia” junto a Agnoli y Bolognese, siendo figuras clave para el desarrollo en Latinoamérica de curas a terribles enfermedades. Sus referencias geográficas fueron usadas por Delia Gotz y y Sylvanus G. Morley en su libro PopoL Vuh.

Es recordado por la ciencia, como el primer promotor de un programa de concientización sobre el anquilostoma en América, llegan a documentar junto a su protegido Manuel Estrada más de quinientos casos, aumentando la productividad de los trabajadores al descubrir este en 1889 en El Salvador y en Guatemala en 1893.

Prowe sirvió a un pueblo indígena de los altos de guatemaltecos, quienes eran víctimas de uno de los ejemplos más espectaculares y extremos en Latinoamérica de movilización coercitiva al trabajo; una combinación de violencia, leyes contra la vagancia, concentración de tierras y esclavitud por deuda manteniéndolos como trabajadores nómadas entre las plantaciones de café y algodón.

El doctor Prowe encendió discusiones fuertes en el Reichstag al criticar la ineficacia, burocracia, lentitud e indiferencia del embajador alemán, con residencia en Guatemala, personaje totalmente incapaz, según él, de proteger a los súbditos alemanes en Centroamérica.

El Dr. Prowe en Honduras

Nuestro personaje nació en la Ciudad libre de Danzig el 22 de enero de 1861 y murió inusualmente joven en Amapala, Honduras, el 03 de octubre de 1910; Prowe dedica algunas líneas acerca de sus días en Honduras a su tía así:

«Ya estoy entre mis propias cuatro paredes, que resultaron bastante mejor de lo que yo recordaba. Naturalmente me levanté a las 5 de la mañana, me bañé con agua deliciosamente fría, tuve un desayuno agradable, disfruté del sol que se levantaba a dos pasos de mis seis ventanas, por encima del ancho mar y de tres países diferentes, y estoy escribiendo con una brisa que se siente casi fresca a pesar de los 24 grados que está haciendo»

Estas letras muestran el lado más sublime del corazón europeo y su forma de latir, rebelde y poco conformista, aventurero por excelencia. Estas cualidades eran bien vistas por la Honduras de Marco Aurelio Soto cuya política migratoria favorecía a los cansados y oprimidos de otras latitudes, permitiéndoles visitar Honduras y hacer de esta tierra su nuevo hogar, en libertad, preciada libertad.

Actualmente la Constitución de la República norma lo relativo a los extranjeros en el Capítulo II De Los Extranjeros, Artículos del 30 al 35. Honduras adopta el principio de equiparación entre extranjeros y nacionales, sobre todo en lo que se refiere al reconocimiento de las libertades públicas como son el derecho a la vida, a la libertad de pensamiento, a la seguridad, al honor, a la inviolabilidad del domicilio y a las libertades de reunión y de expresión, entre otras. Dejando de lado el principio de reciprocidad mediante el cual el extranjero sólo gozaría de los mismos derechos de que gocen los hondureños cuando se hallen en el territorio del Estado al que dicho extranjero pertenezca. Este es el legado de la Constitución del 1 de noviembre de 1880 de Soto, en la que se les garantizó a los extranjeros, además de los citados derechos, el de optar a cargos públicos, poseer y disponer propiedades, estar exento de impuestos extraordinarios y el reconocimiento de los matrimonios celebrados en el extranjero.

Ramon Rosa, el ideólogo de la reforma, afirmó “Necesitamos que vengan a nuestro suelo grandes corrientes de inmigración que traiga, con nuevos pobladores, el espíritu de empresa y el espíritu de libertad.” Que aquella reforma migratoria incluida dentro de la Reforma Liberal de Marco Aurelio Soto, le dio vida un estamento jurídico que atrajo a hombres de la altura del señor Prowe, queda claro.

Solo la tolerancia y la apertura liberal de nuestras fronteras, hará posible que emprendedores, aventureros, misioneros sociales y héroes como el Dr. Prowe vengan a engrandecer, y formar parte de, Honduras.

Para saber con mayor profundidad acerca de este personaje sugiero comenzar por la publicación de Günther Schmigalle “El doctor Herman Prowe, un amigo alemán de Rubén Darío”. Karlsruhe Alemania, así como también los diarios de la época que sugiere el mismo.

Algunos escritos y libros relacionados con el:
-Deutschlands Vertretung in Central-Amerika, geschildert an den Schicksalen einer Beschwerde. 2 tomos. Leipzig.
Reichardt,
-Das Wissen der Quiché-Indianer in mythischer Form” (publicado en 1906 en la revista alemana Globus)
– Germany in Central America: Competitive Imperialism, 1821-1929
-Launching Global Health: The Caribbean Odyssey of the Rockefeller foundation.

Les comparto algunas de las fotografías que tomé durante mi visita a tan hermosa isla hondureña.

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