Democracia y Libre Empresa en Honduras

Avatar Redaccion | September 2, 2015 3174 Views 0 Likes 0 Ratings

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Democracia y Libre Empresa en Honduras

Por Raúl Reina Cleaves*

*El presente artículo es reproducido con permiso de su autor quien lo publicó originalmente en dos partes en su blog Honduras y su Economía.

Parte 1.  (7 de agosto, 2014)

La Democracia y la Libre Empresa se sustentan en 2 principios básicos: 

1- Respeto a la opinión de los demás

2- La sana competencia.

En Honduras, estos principios básicos están siendo sustituidos por la intolerancia y la competencia desleal, consecuencia de la perversión macroeconómica que significa que el Gobierno tenga un Presupuesto equivalente al 48.80% del Producto Interno Bruto del país ( Lps. 184,000/377,000 millones).

La lógica detrás de esta sustitución de principios es:

1- ¿Por qué  respetar la opinión de los demás, si no es igual a la mía?

Si cuento con los medios, es más fácil descalificar, que debatir y rebatir  ideas y opiniones diferentes. Ejemplos de descalificación: si no están conmigo no aman al país,  nosotros somos los buenos y  ustedes los malos, somos los pacíficos y los otros belicosos y sucios o  ya de perdida, la que nunca falta en el país: esos son comunistas.

2- Es  mucho más rentable y provechoso acomodarse  al Gobierno  en todas sus actuaciones, que tratar de competir sanamente con los demás.

¿Por qué competir en igualdad de condiciones, si plegándose  incondicionalmente a todo lo que dispone el  Gobierno, se  logra  un mercado seguro para  los bienes y/o servicios que proveo, además de otras prebendas que me  proporcionaran una ventaja comparativa con relación a los demás proveedores de bienes y servicios?

Lamentablemente, estas actuaciones se pagan con la disminución en la calidad de vida de la mayoría de hondureños.

El tiempo y la historia se encargaran de señalar a todos aquellos que con sus actuaciones atentan  contra la Democracia y la Libre Empresa en Honduras.

Parte 2. (1 de septiembre, 2015)

En lo personal, considero que la democracia y la libre empresa son los mejores sistemas para que un Estado pueda alcanzar niveles superiores de desarrollo, traduciéndose este como un elevado nivel en la calidad de vida de sus habitantes.

Para que  la democracia y la libre empresa puedan existir y demostrar sus beneficios, ambas deben estar sustentadas en LA SANA COMPETENCIA y esta solo se consigue por la INTEGRIDAD DE LOS ACTORES Y APLICACIÓN DE LOS MECANISMOS DE CONTROL ADECUADOS. Se debe entender por integridad como hacer lo correcto, aunque no se obtenga un beneficio personal por ello.

La actual Constitución de Honduras del 11 de Enero de 1982, en su artículo 4 indica que nuestra forma de gobierno es democrática, el artículo 331 garantiza la libertad de empresa y en el artículo 339 se  prohíbe los monopolios, monopsonios, oligopolios y acaparamientos.

Si bien lo que establece la Constitución es que  somos un Estado democrático y bajo un  sistema económico de libre empresa,  nuestra realidad es completamente opuesta.

De otra manera, como se explica:

  • El otorgamiento de rutas de transporte de pasajeros a nivel urbano e interurbano, igual que los números de taxi a diputados y activistas del partido político en el poder durante los distintos gobiernos
  • Los leoninos contratos de generación de energía eléctrica.
  • La venta de plazas a maestros y médicos para puestos en el sector público.
  • La ineficiencia de la Ley de Contratación del Estado.
  • El cobro de aranceles por distintos servicios.
  • La forma de adquisición de bienes y servicios con los fondos de la Tasa de Seguridad.
  • Los concesionamientos mineros.
  • Los contratos de suministros de medicamentos y servicios al IHSS (Seguro Social) y  al Ministerio de Salud.
  • El contrato por servicio de Rayos Gamma en la Empresa Nacional Portuaria.
  • Las condiciones en que se otorgaron los contratos de telefonía móvil.
  • El procedimiento para otorgar licencias ambientales.
  • Las condiciones en que se otorgaron  los  concesionamientos de los corredores logístico y turístico.
  • El proceso de concesionamiento de los aeropuertos nacionales.
  • Que solo ciertas aerolíneas puedan operar en territorio nacional.
  • El sistema electoral, bajo el cual es prácticamente imposible una candidatura independiente para los cargos de Presidente de la República, Diputado o Alcalde.
  • La desaparición del Ferrocarril Nacional de Honduras.
  • Los requerimientos para obtener una frecuencia de radio.
  • La quiebra de Hondutel.
  • Los requisitos establecidos  para convocar a un plebiscito o referéndum.

Y así continua la  lista.

En una verdadera democracia y  libre empresa, estas situaciones serian consideradas como aberraciones y no se hubiesen producido.

Ya es tiempo que en Honduras la ley deje de ser un instrumento para mantener sometida a la mayoría de la población,  negándole su derecho a una mejor calidad de vida.

Ya es tiempo que entendamos todos que: ¨vale más el bienestar de muchos, que la prosperidad de pocos”.


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