Nuestros derechos civiles en una guerra perdida

Avatar Redaccion | April 12, 2016 288 Views 0 Likes 0 Ratings

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Nuestros derechos civiles en una guerra perdida

Sofía Gáleas, estudiante de Derecho en la Universidad de San Pedro Sula y miembro de Estudiantes por la Libertad Honduras.

Hace unos días me encontraba viendo un documental llamado Zeitgeist: The Movie, en el cual hacen observaciones a varios hechos históricos que marcaron al mundo por el gran impacto que causaron, Estados Unidos a través de la historia, se ha mostrado como un país “pacífico y democrático” que únicamente ha desplegado su fuerza militar cuando su “seguridad” se ha visto afectada, cuando su patriotismo ha sido atacado y el caso más común, cuando la democracia en otros países no está siendo respetada. El mensaje que este filme nos puede dejar, es como en este país, tienden a manipular la realidad para fortalecer su hegemonía.

En el 2014, corrían rumores sobre una posible despenalización de las drogas, una iniciativa que Guatemala estaba promoviendo en los países vecinos. Podemos estar seguros, que esta propuesta no llegó a convencer a muchos. Honduras, un país con 8.5 millones de habitantes, aproximadamente un 17% de la población consume tabaco o marihuana, y un 7% cocaína, por ende, podemos discernir, que Honduras no es un país en el cual el uso de estupefacientes pueda llegar a ser considerado como un problema tan crítico como para permitir la promulgación de leyes lesivas de los derechos humanos y que pasen por encima de derechos fundamentales.

Por otra parte, Estados Unidos de América, una nación que lucha por la Democracia, por el bienestar del mundo, por el bienestar de sus ciudadanos, ha sido cuestionada en cuanto a su verdadero propósito en la fastidiosa “guerra contra las drogas”. Muchos países han llegado a la conclusión, de que el crimen organizado no se ve realmente afectado con las medidas extremas que se ha tomado por parte de los gobiernos para poder erradicar el consumo o el paso de drogas por países como Honduras. Es de conocimiento general, que en EEUU, el consumo de algunas de estas sustancias es legal en unos Estados, y en muchos socialmente aceptable.

Históricamente, Honduras siempre ha sido “aliado” de Estados Unidos, nuestros gobernantes siempre han velado por la paz entre estas naciones, así que al momento en que EE.UU. declaró su lucha contra el consumo de narcóticos, que tanto estaba afectando la salud de sus ciudadanos, una vez más, Honduras se sumó a la causa de su más grande aliado: Estados Unidos de América. Nuestro pobre Estado, con un ejército débil, de escasos recursos, con una economía que va en detrimento, hemos luchado contra el tráfico de drogas por más de 30 años, ¿y los resultados?… cuestionables.

Hasta la fecha, se han emitido leyes como la “Ley antinarcóticos” de 1989, “Ley contra el lavado de Activos”, “Ley de Privación de Dominio”, “Ley para la Regulación de Actividades y Profesiones No Financieras Designadas”, “Ley Contra el Delito de Lavado de Activos”, todo con el solemne fin de erradicar el tráfico de drogas cuando realmente este problema NO nos afecta en las proporciones que justifiquen dedicar ejércitos enteros para la lucha contra carteles y, aún más injustificable, para la violación a derechos fundamentales como el principio de inocencia. Dejando a un lado ese primer artículo de la Constitución de la República, en el cual establece que se ha de constituir como una República Libre, democrática e independiente para asegurar no sólo la libertad si no, además, el bienestar social y económico a sus habitantes. Honduras no es un país consumista de cocaína, metanfetamina y otras sustancias como Estados Unidos, por lo cual resulta ilógico, que vengamos a tirar por la borda nuestra carta magna para enfrentarnos contra un fantasma; y es que si nos ponemos a analizar, al prohibir sustancias como la marihuana, la cual científicamente es menos nociva que el alcohol (sustancia legal), estamos creando un mercado negro en el cual no hay leyes que promuevan una competencia leal, donde los precios son alzados debido a su prohibición, dejando en manos de delincuentes y los carteles de droga todo el dinero que podría entrar a las arcas del estado o, mejor aún, en los bolsillos de nuestros ciudadanos. Este argumento, ha sido planteado reiteradamente por muchos expertos y lideres mundiales, la London School of Economics publicó el reporte Terminando la Guerra Contra las Drogas avalado por más de 5 premios Nobel en economía; y la Comisión Global en Política de Drogas, integrado por 22 lideres mundiales como el empresario Richard Branson, el Nobel en literatura Vargas Llosa y a los expresidentes de Colombia, Chile, Brasil, Polonia, México, Suiza y otros, ha llamado reiteradamente a los países del mundo a cambiar su estrategia en cuanto a las drogas, ya que la guerra librada contra las drogas ha sido un rotundo fracaso

Aún así, nuestro país insiste en librar una guerra en la cual llevamos todas las de perder, más cuando tratando de debilitar el crimen organizado, hemos llegado a desestabilizar algo tan esencial para nuestro país empobrecido, su economía.

El 2015 será un año que muchos recordarán, y es que fue un año en el cual no solo los que estudiamos leyes nos enfrentamos ante el irrefutable hecho de que habíamos vendido nuestros derechos fundamentales al aceptar que leyes como la “Ley de privación de Dominio” o la más reciente “Ley Contra Lavado de Activos” fueran promulgadas en nuestro país. Habíamos creado una fuerza pública con la capacidad de clausurar un banco de la noche a la mañana, sin ninguna sentencia judicial y sin ninguna garantía de debido proceso para los presuntos delincuentes. Instituciones como la OABI, la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS), con poderes tan desproporcionados.

¿Estamos realmente eliminando el crimen organizado o estaremos facultando a un sistema corrupto para que pueda disponer libremente de nuestra propiedad, nuestras libertades y nuestro futuro?


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Written by Redaccion


Comments

This post currently has 3 responses.

  1. DENISE MURILLO

    April 12, 2016 at 3:24 pm

    Interesante planteamiento. Seria interesante un foro con autoridades publucas y privadas ahora que viene la MACCIH

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